header-photo

Estrés Laboral y riesgo de Ictus

Los trabajadores con demandas psicológicas altas y poco control sobre su trabajo presentan mayor riesgo cerebrovascular, según muestra un estudio japonés.

stressEl estrés laboral puede llegar a duplicar el riesgo de ictus en varones, según un estudio de la Universidad de Salud Ocupacional y Ambiental en Fukuoka (Japón) que se publica en “Archives of Internal Medicine”.

El estrés se considera un factor de riesgo del ictus y varios modelos sobre estrés laboral ya proporcionan indicios sobre cómo reducir este riesgo. Dichos modelos señalan que los trabajadores con demandas psicológicas altas y poco control sobre su trabajo tienen más propensión a la enfermedad que aquellos con menores demandas psicológicas y mayor control sobre su trabajo.

Los investigadores, dirigidos por Akizumi Tsutsumi, estudiaron a 6.553 japoneses que completaron un cuestionario inicial y un examen físico entre 1992 y 1995. Los trabajadores fueron seguidos anualmente a través de llamadas telefónicas, cartas y entrevistas durante una media de 11 años. Durante este tiempo se produjeron 147 ictus.

Los resultados revelaron un riesgo duplicado de ictus en los hombres con un trabajo más estresante en comparación con aquellos con bajo estrés laboral. Aunque las mujeres con trabajos muy estresantes tendían a tener un mayor riesgo de ictus que aquellas con ocupaciones menos estresantes, no se hallaron diferencias estadísticamente significativas en cuanto a la incidencia del ictus.

Entre los varones, otros factores de riesgo del ictus disminuyeron ligeramente la asociación entre estrés e ictus. Esto sugiere, según los autores, que la relación podría estar mediada por enfermedades crónicas como la obesidad, la hipertensión, la intolerancia a la glucosa y la hipercolesterolemia. Otros factores que podrían contribuir son la peor adaptación al estrés, la activación del sistema nervioso simpático y los trastornos inflamatorios.

Los autores concluyen que la tensión laboral se asocia a la incidencia del ictus en los hombres japoneses. Señalan que el descubrimiento podría tener implicaciones en la prevención del ictus si se modificaran las estructuras laborales para reducir el estrés en el trabajo.

Fuente: http://archinte.ama-assn.org/cgi/content/short/169/1/56

El estrés

¿Estrés? ¿Demasiada tensión? ¿Se siente abrumado? ¿Usted siente a veces que tiene demasiado en que pensar? ¿Esto lo pone cansado, irritable o hasta deprimido? ¿Qué puede hacer para controlar el estrés?…

La gente va raramente al doctor a decir “Pienso que estoy estresado”, sinembargo, los institutos nacionales de la salud dicen que el 80% de enfermedades son causadas por el estrés directamente o indirectamente. Las hormonas, tales como la adrenalina, son lanzadas en la sangre cuando usted está tensionado. Esto causa una subida en la presión arterial, aumento de los latidos del corazón y del ritmo respiratorio y una conversión más rápida del glicógeno en glucosa. Estas son cosas buenas si usted necesita escapar del ataque de un animal salvaje -por ejemplo-, pero cuando estos efectos son prolongados, el sistema inmunológico se deprime, y el cuerpo sufre otros cambios negativos.

Los efectos comunes del estrés prolongado incluyen fatiga, dolor en los músculos y las articulaciones, dolor de cabeza, confusión mental, depresión, ansiedad, e irritabilidad. Las reacciones a la tensión hacen que su cuerpo utilice demasiada energía, que puede dar lugar a la debilidad física y mental.

Manejo del Estrés con Meditación

Años atrás en la Universidad de Stanford, fue hecho un análisis de 146 estudios sobre la meditación. La conclusión fue que la meditación no sólo era beneficiosa a la hora de prácticarla sino que redujo perceptiblemente la ansiedad como rasgo del carácter.

El fondo del asunto es que el estrés es un asesino, y que la meditación puede ayudarle realmente a defenderse. La meditación tradicional puede tener efectos más beneficiosos, pero quizá usted no dispone de tiempo, o no está seguro de querer aprender a meditar. En ese caso, hay dos técnicas simples que usted puede aprender en algunos minutos y empezarlas a usar desde hoy.

La primera es una meditación de respiración. Cierre los ojos, deje que la tensión se escurra por sus músculos, aclare su mente (en la medida de lo posible) y respire profundamente a través de su nariz, prestando atención a su respiración. A medida que los pensamientos o las sensaciones regresen, reconózcalos y vuelva a enfocar su atención en la respiración, como entra y sale el aire. Haga esto por cinco o diez minutos.

Para utilizar la segunda técnica, pare lo que sea que esté haciendo cuando se sienta tensionado, y respire tres veces profundamente. Obsérvese hasta que identifique qué le está incomodando. ¿Está preocupado por algo? ¿Hay alguna carta que necesita escribir? ¿Quizá su cuello está adolorido?. Note todo lo que usted encuentra.

Ahora trate de resolver esos factores que alimentan su estrés. Escriba la carta que está en su mente, tome una aspirina, o coloque cosas en su lista para mañana si reconoce que no hay nada que pueda hacer ahora. Con la práctica usted se volverá mejor en encontrar conscientemente que está irritándolo bajo la superficie. Después de que localice estas cosas, cierre sus ojos, tome tres respiraciones profundas, y se sentirá más relajado y capaz de pensar claramente. Usted puede controlar el estrés y usted puede combatir el estrés. Ahora inténtelo.

Fuente: Ultima hora Online

Esas personas peligrosas en el trabajo

Los siete pecados capitales en el trabajo

Rachel Zupek, redactora de CareerBuilder.com

¿Te has dado cuenta de que la gente más conflictiva en el trabajo es también la menos consciente de su conducta negativa?

Considera a Fred, por ejemplo. Fred es aquél que te solicita que le "ayudes" con una presentación compleja (o sea, tú se la terminas haciendo). Y cuando Fred es felicitado por el trabajo realizado, se lleva todos los créditos de lo que tú hiciste.

O si no, fíjate en Susan. Susan puede hablarte de ella misma por horas: su familia, sus amigos, su trabajo. Nunca te pregunta qué te pasa a ti.

Y no nos olvidemos de George, quien debería llevar una etiqueta en la frente que diga "cuidado conmigo si estoy enojado". Una palabra, una pregunta, una crítica o una opinión fuera de su esquema y pierde la chaveta.

Todos estos son ejemplos de personalidades tóxicas, que se están poniendo de manifiesto en los lugares de trabajo ahora más que nunca.

"Durante las crisis económicas, el lado sombrío de nuestra personalidad puede extraer lo peor de nosotros", dicen el Dr. Mitchell Kusy y la Dra. Elizabeth Holloway, autores del libro "Toxic Workplace! Managing Toxic Personalities and their Systems of Power".

La toxicidad se esparce como un horrible virus

Quizás lo peor de estas conductas nocivas en el trabajo es cómo afectan a las personas que están alrededor. De acuerdo con un estudio dirigido por Kusy y Holloway, el 94 por ciento de los encuestados reconocieron haber trabajado o estar trabajando con una persona tóxica.

"Antes de darte cuenta, ya estarás infectado y actuarás de un modo tal que signifique un complemento o una imitación de sus peores conductas, las que te enojan, te frustran o te deprimen", dicen Kusy y Holloway.

Aquí te explicaremos cómo saber si tienes una personalidad tóxica y cómo protegerte de tus propias acciones pecaminosas.


Pecado capital: Envidia

¿Obtuvo un compañero de trabajo la promoción que esperabas tú? ¿Superó tu colega tus objetivos de ventas nuevamente? Debes reconocer los logros de los demás sin utilizarlos como vara de medida de los propios. Kusy y Holloway dicen que cuando envidias a alguien, deseas socavar su reputación y la manera con que los demás gravitan alrededor de él. Pero, a la larga, estás anulando tu propia reputación.

Redención: Kusy y Holloway sugieren que entierres tu envidia y comiences por enfocarte en construir tu propia reputación como miembro de equipo. Piensa cómo puedes comenzar a transformar tu envidia en pasión o en energía positiva.


Pecado capital: Gula

Más no siempre es mejor. Aunque todos ansían subir rápidamente la escalera corporativa, nada de eso importará si no te fijas sobre quién te abres camino para llegar a la cima. Aunque es muy aceptable solicitar más responsabilidades en el trabajo, es más importante mantener un balance.

Redención: Uno de los errores críticos respecto de la gula es no considerar lo suficiente a tu equipo, dicen Kusy y Holloway.

"No necesitas menospreciar y disminuir a nadie en tu trabajo para que se fijen en ti. Trabaja en equipo de modo que se fijen en todos por la innovación y productividad. Asegúrate de llevar la delantera en la construcción de un clima de equipo positivo; hacer que todos se muestren en un proyecto te hará ver a ti como buen miembro de equipo".


Pecado capital: Codicia

Todos son culpables de desear más: más dinero, más poder y más responsabilidad. El problema surge cuando intentas utilizar tu posición para castigar a los demás, demandar su lealtad o llevarte todos los créditos de un trabajo hecho por otros.

Redención: Es mejor que fijes objetivos de largo plazo. Si solo te concentras en ganancias rápidas de corto alcance, probablemente resolverás bien el presente pero no podrás mantenerte en el nivel siguiente.


Pecado capital: Lujuria

La lujuria en el trabajo no se limita a un romance de oficina. Puede que desees un espacio de trabajo más agradable o hasta el trabajo de tu jefe. Perder tu tiempo concentrado en lo que no tienes o en los logros del trabajo de otros en lugar de trabajar para promover los propios es un método infalible para destruir una carrera.

Redención: "¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar para satisfacer el deseo?" preguntan Kusy y Holloway. "Si te vales de engaños, hablas mal de tus compañeros o socavas la productividad del equipo, entonces tus acciones están gobernadas por tus emociones y tendrán resultados desastrosos. Recurre a tu supervisor y pídele que te coloque en un plan de desarrollo que pueda conducirte a una nueva tarea en la organización".


Pecado capital: Orgullo

El éxito personal es tu obligación moral: no tienes pruritos en llevarte el mérito de un trabajo bien hecho, aunque haya sido un esfuerzo conjunto. Tienes el absoluto convencimiento de que siempre tienes razón; siempre quieres tener el control y piensas que los demás no pueden hacer el trabajo. Aunque es bueno sentir la seguridad de que uno está en lo correcto, nadie tiene siempre razón, explican Kusy y Holloway.

"Cuando tienes razón y haces todo lo posible para que todos los demás sepan que están probadamente equivocados, estate seguro que has perdido su apoyo para el futuro", agregan.

Redención: Date cuenta de que construir una reputación de "bueno en el trabajo" pasa por construir un equipo que trabaja bien en conjunto, dicen. Recuerda que compartir los méritos con los que lo merezcan hará que todos sean más responsables. Finalmente, sé generoso al elogiar a quienes lo merecen y quedarás sorprendido por todo lo que te volverá, dicen Kusy y Holloway.


Pecado capital: Pereza

Si eres perezoso, complaciente o indiferente hacia tu trabajo, estás viajando en el expreso a la nada. Que hayas sido exitoso en el pasado no significa que el éxito te acompañará durante el resto de tu carrera. La pereza se transforma en tóxica cuando es un patrón continuo contraproducente que afecta la productividad del lugar.

Redención: Hay varios pasos que puedes tomar para controlar tu pereza, dicen Kusy y Holloway. Primeramente, fórmate un juicio de ti mismo y determina el origen de tu pereza. ¿Estás aburrido? ¿Necesitas un rol más desafiante? Luego, haz un plan específico para incrementar tu productividad en el trabajo. Ten en claro como medirás tus expectativas y asegúrate de que sean viables, dicen.


Pecado capital: Cólera

El enojo y la mala intención no benefician a nadie en el trabajo. Abrigar odios secretos o angustia hacia tu jefe, tus colegas o el entorno de trabajo en general solo creará una atmósfera de negatividad y mal trato alrededor tuyo, dicen Kusy y Holloway.

Redención: Cualquier sentimiento pesimista que tengas hacia tus compañeros o hacia el trabajo emergerá finalmente a la superficie, aseguran Kusy y Holloway. Si estás enfadado con tu jefe, piensa qué es lo que te molesta y, si puedes, habla con él o ella sobre la cuestión. Si estás a disgusto con tu trabajo, puede que sea el momento de comenzar a buscar nuevos horizontes.

Rachel Zupek es redactora y blogger de CareerBuilder.com. Investiga y escribe sobre estrategias de búsqueda laboral, administración de carreras, tendencias en la contratación y diversas cuestiones relativas a los recursos humanos.

Fuente: http://msn.empleoscb.com/ViewArticle.aspx?articleid=302&siteid=cbmsnLhp4302&cbRecursionCnt=1&cbsid=c3f5509f64a64aa79c050a4fdd555b84-308680993-JC-5

El amor nos hace mas creativos

Curioseando por la red me encuentro este interesante artículo:

Un estudio realizado por los psicólogos Jens Förster, Kai Epstude y Amina Özelsel, de la Universidad de Amsterdan, revela que el amor cambia nuestro modo de pensar y potencia la creatividad. En concreto, los experimentos de Förster y su equipo muestran que el sentimiento amoroso favorece el procesamiento global de la información, que se realiza sobre todo en el hemisferio derecho del cerebro, potenciando el pensamiento creativo a la vez que inhibe el pensamiento analítico.

Según los investigadores, este efecto es opuesto al del deseo sexual, que incrementa el pensamiento analítico y reduce la creatividad. Los investigadores atribuyen estas diferencias a que el amor romántico requiere tener una perspectiva a largo plazo, mientras que el sexo prepara al cerebro para una perspectiva a corto plazo, “aquí y ahora”.


Fuente: Muy interesante