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Llorar también es bueno

Todos sabemos que la risa es la mejor de las terapias, pero lo que no se suele decir mucho es que llorar también es bueno y saludable. El llanto ha sido proscrito de muchas de nuestras sociedades modernas a pesar de que es algo tan natural como la risa e igual de necesario.
Por María Luisa Rubio / EFE Reportajes
La risa y el llanto tienen muchas cosas en común, entre ellas, y la más obvia, es que son contagiosos. La risa genera endorfinas, pequeñas proteínas popularmente llamadas de “la felicidad”. Las endorfinas actúan como neurotransmisores aumentando los niveles de células T, que refuerzan el sistema inmunológico del organismo.
Algo similar ocurre con el llanto. Llorar nos hace liberar adrenalina, una hormona que segregamos en situaciones de estrés, y noradrenalina, que actúa como neurotransmisor y tiene un efecto contrario al de la adrenalina. Cuando lloramos, eliminamos estas hormonas, lo que produce una sensación de desahogo y tranquilidad. Un ejemplo de esto es que, después de llorar, tanto niños como mayores se quedan dormidos.

LA MEJOR VÁLVULA DE ESCAPE
El llanto es la mejor válvula de escape para cualquier emoción intensa y que nos sobrepasa en un momento dado. Cuando rompemos a llorar, las emociones se liberan como si las hubiéramos tenido atrapadas en una olla a presión.
El llanto es parte del aprendizaje y del desarrollo humano, pero conforme nos hacemos adultos prescindimos de las muy saludables lágrimas como “cosa de niños”, nos las permitimos en muy pocas ocasiones, y sólo cuando nos es imposible tragárnoslas.
El estrés, la tristeza, el dolor psíquico y físico, la alegría, los nervios, la angustia, la emoción, etc., etc., son sentimientos que podemos traducir en lágrimas. Cuando lo hacemos nos sentimos mucho mejor, pero si ahogamos el llanto sólo logramos aumentar la presión y el desequilibrio interior.
Las lágrimas que no derramamos pueden enfermar nuestro cuerpo y nuestra alma, por eso hay que aprender a llorar de nuevo, algo muy difícil en sociedades en las que llorar es algo que se hace muy pocas veces y preferentemente en privado.

OJOS BRILLANTES
Es cierto que las lágrimas ayudan a limpiar los ojos y evitan que se sequen. Hay dos clases de lágrimas, las reflexivas o irritantes, que son las que nos provocan algunos alimentos y sustancias demasiado fuertes, el polvo, etc. Y las que brotan del alma y obedecen a estados de ánimo y sentimientos.
Lo interesante es que unas y otras no tienen la misma composición química. Las lágrimas que tienen un origen emocional contienen gran proporción de un mineral, manganeso, y de la hormona prolactina, cuyos niveles están relacionados con el estado de ánimo del ser humano, el único miembro del reino animal que expresa con risa y llanto sus sentimientos.
Las lágrimas de tipo emocional son muy difíciles de controlar, y aunque no lleguemos a derramarlas, tener los ojos brillantes y llenos de lágrimas es algo que nos ocurre prácticamente a todos en determinadas ocasiones.
En el extremo opuesto de expresar raramente con lágrimas nuestras emociones está el hecho de llorar a menudo. Cuando esto ocurre es síntoma de un estado de tristeza y angustia que puede requerir ayuda médica. Incluso los duelos tienen un periodo de recuperación más o menos largo y se llegan a superar, en ocasiones con el apoyo de fármacos y de otras personas.

EL LLANTO COMO CULTURA
En algunas sociedades existen las plañideras, cuyo oficio es llorar las penas ajenas y ayudar a provocar una catarsis de llanto y dolor que permita expresar la angustia y la tristeza. En otras, el llanto colectivo es algo socialmente establecido en momentos de crisis y desgracia.
Según Homero, los héroes de la antigua Grecia vertían con frecuencia abundantes lágrimas. En la Europa de la Edad Media, las crónicas cuentan que aguerridos caudillos y hombres de guerra lloraban sin reparo alguno y se lamentaban a grandes gritos.
La costumbre de llorar en público en las sociedades occidentales, en especial en el caso de los hombres, es algo que no se da a menudo y, cuando ocurre, suele ser un llanto silencioso, casi furtivo.
“Llorar no es de hombres” dicen las madres a sus hijos pequeños, pero el llanto de los niños, sean del sexo que sean, es parte integral de su desarrollo. Es una forma de atraer atención a sus necesidades básicas, como la comida, el frío o el sueño, y de expresar sus emociones.
Los niños a los que no se permite llorar acumulan estrés y ponen en peligro su salud. Recuperar el llanto cuando se es adulto es bueno, porque llorar no nos hace más débiles, sino mucho más fuertes. Además, después de una buena llantina se ríe más y mejor.
Fuente: http://salud.latino.msn.com/articulos

Risa, la mejor medicina

¿Cuantas veces te has reido hoy?
¿En apenas dos ocasiones? ¿Una sola vez? ¿Ninguna? Si no cambias de actitud y aprendes a tomarte la vida de otro modo, es poco probable que seas feliz. Para disfrutar de cada momento, disolver el estrés y superar los problemas, es indispensable desarrollar el sentido del humor: la más barata medicina natural.
Por María Jesús Ribas / EFE Reportajes

¿Sabías que un minuto de risa equivale a 45 minutos de relajación, o que un antiguo proverbio chino afirma que para estar sano hay que reírse al menos 30 veces al día?. Búrlate de ti mismo, no temas el ridículo, cultiva el absurdo, busca lo bueno en lo adverso, desdramatiza tus miedos e ideas irracionales, juega con la imaginación, comete alguna locura de vez en cuando, descubre tu faceta cómica, rodéate de buen humor, no exageres la importancia de las cosas…!.
Son algunos de los ingredientes de esa deliciosa tarta, ante la cual a todos se nos “hace agua la boca” y que querríamos disfrutar, bocado a bocado, sin que jamás se agotara: ¡la felicidad!.
El buen humor es uno de los mejores y más accesibles recursos para disfrutar de la vida, incluso aunque soplen vientos adversos.

He aquí algunos consejos de los psicólogos, para reír más y mejor.

• Carcajadas contra temores.
El humor es una excelente estrategia para desactivar los miedos irracionales, como los temores a no dar la talla, a fracasar, a que las cosas salgan mal, a que otros no compartan nuestra opinión, a no ser amados, a asumir la responsabilidad de nosotros mismos o a admitir las propias debilidades.

Enciérrate en un lugar donde no te molesten, túmbate boca arriba cómodamente, y manteniendo una respiración lenta, tensa los músculos de la cara: haz todas las muecas que sepas o puedas: como inflar los mofletes, arquear las cejas, apretar los dientes, arrugar la nariz. Después, relájate y recuerda que nadie te está viendo. Verás como todos los músculos del cuerpo se relajan y habrás dado un gran paso para reírte de ti mismo.

• Aprende a relativizar los inconvenientes.
Los hechos pueden valorarse siempre desde varios ángulos y puedes buscar nuevas formas de interpretarlos, y encontrarles el “lado positivo”. Utiliza la ironía en tu favor, piensa que nada es absoluto y adopta un estilo mental más flexible y tolerante. Si tienes que dejar el coche durante mucho tiempo en el taller, piensa que ello te dará la oportunidad de leer un buen libro y mirar la ciudad desde el transporte público, evitando el estrés del volante…

Además, para reírse de los problemas diarios y evitar que nos amarguen la vida, el experto estadounidense Allen Klein y el psicólogo español José Elías, que dan cursos sobre el uso terapéutico del humor, proponen:.

…olvida los problemas invirtiendo la fórmula buena noticia/mala noticia.
Empieza por anunciar la mala y luego conviértela en buena: por ejemplo: la mala es que tu marido se ha fugado con tu mejor amiga, la buena es que ahora tendrás que comprar dos regalos menos en la próxima Navidad .

…busca apoyo para enfrentarse a algo que parece insuperable. Reúne a varios amigos, exponles el problema y pídeles que te propongan soluciones al azar, con respuestas cortas y sin mucha reflexión previa, sin importar lo absurdas o estúpidas que parezcan; anímalos a que expongan sus ideas más graciosas.

…descubre tu sentido del humor.
No eres indefectiblemente una persona seria o graciosa: al igual que cualquiera otra capacidad, la visión humorística se puede desarrollar. Muchas veces no cuentas o recuerdas los chistes, porque no pones interés, sientes que no son afines a ti, no confías en tu habilidad o te has hecho a la idea de no recordarlos. Si cambias tu actitud los recordarás.

http://salud.latino.msn.com/articulos/articlepage.aspx?cp-documentid=100229224&page=3

Relájate, disfruta... para adelgazar

Siempre leo artículos que se relacionan con la buena salud física y mental, claro está el verse bien es muy importante hoy día, por eso comparto este interesante artículo.
¿Quieres mantener la báscula a raya y no consumir más calorías de la cuenta? Para controlar el peso con eficacia, a la hora del almuerzo, come despacio y paladeando cada bocado.
Por Eugenio Frater / EFE Reportajes

Para adelgazar no sólo son importantes la cantidad y tipo de alimentos y bebidas que ingiere una persona a lo largo del día, sino también la velocidad con que se los lleva a la boca….

Un estudio estadounidense muestra que comer despacio y en pequeños trozos, hacer pausas entre cada bocado y masticar correctamente y a fondo los alimentos, puede reducir la cantidad de comida y energía (calorías) que se ingieren y aumentar la sensación de saciedad.

Los investigadores de la Universidad de Rhode Island, en EE.UU., llegaron a esta conclusión después de analizar a 30 mujeres universitarias, para comprobar si la velocidad a la ingerían los alimentos tenía alguna consecuencia sobre su organismo.

Ahora creen que alargar la duración de las comidas permite que surjan varias señales fisiológicas de saciedad antes de que se hayan consumido demasiadas calorías, deja tiempo para tomar más agua, aumentando la sensación de “estómago lleno. También, el saborear cada bocado permite sentirse satisfecho antes.

Además de tener en cuenta el peso, talla, historial médico y hábitos alimenticios de los participantes en el ensayo, los investigadores de Rhode Island, los hicieron participar en un experimento destinado a comprobar si la velocidad a la ingerían los alimentos tenía alguna consecuencia en su organismo.

En una de las pruebas pidieron a las voluntarias que tomaran un almuerzo de forma rápida, sin pausas y mediante una cuchara grande. Después les solicitaron que repitieran la operación de forma lenta, tomando trozos pequeños, masticándolos correctamente y depositando en la mesa los cubiertos -unas cucharas de reducidas dimensiones- después de cada bocado.

MENOS VELOCIDAD, MAS SACIEDAD

Según la médica nutricionista Magda Carlas, autora del libro “Alimentarse bien al ritmo de hoy”, “dos de las normas básicas de una dieta equilibrada consisten en comer de forma adecuada (sentados, despacio, masticando bien y saboreando los alimentos) y regularizar los horarios de las comidas”.

“Muchas veces comemos en 5 minutos, incluso los días festivos, o devoramos los platos sin saber siquiera qué hemos comido; aparte de privarnos del placer de paladear los alimentos, comer de forma inadecuada comporta a largo plazo trastornos digestivos y una ingesta mayor que la deseable”, señala la experta.

“Hemos de procurar comer en un ambiente tranquilo, relajado, sin tensiones y con el tiempo suficiente; las famosas comidas de negocios rara vez proporcionan una buena digestión, sino más bien un montón de gases y cierto ardor”, agrega.

El orden también es importante a la hora de alimentarse. “Aunque parezca un tanto aburrido, la regularidad es una de las cualidades que más agradece nuestro organismo: se recomienda que las comidas del día se realicen siempre a la misma hora y que, de ser posible, la cena no se tome demasiado tarde”, dice Carlas, que recuerda que “cierto orden en los horarios favorecerá, entre otras cosas, un comportamiento alimentario adecuado y una buena digestión”.

Publicado el 11 de noviembre del 2008

Fuente: http://salud.latino.msn.com/nutricionyfitness/articlepage.aspx?cp-documentid=100228494